
Es trabajoso tratar de seguir una dieta. Una vez que decides tomar control de tu peso, tienes que romper tu rutina usual.
En vez de pasar días comiendo lo que quieras y quedarte en el sofá sin hacer nada por las noches, ahora tienes que pensar en preparar tus comidas. También tienes que contar las calorías y buscar tiempo para hacer ejercicio. Eso es bastante trabajo, lo que explica por qué es tan difícil para muchas personas seguir una dieta.
¿Cuánto dura la dieta promedio?
Se sabe que las personas hacen dieta con frecuencia (y que usualmente abandonan el intento), pero el tiempo promedio que una persona en la actualidad sigue una dieta es difícil de adivinar. Una encuesta realizada en el Reino Unido encontró que las mujeres comienzan, en promedio, tres dietas al año, y permanecen un promedio de 19 días. Para el quinto día, dos tercios hicieron trampa (al ser tentadas por uno de los cinco elementos principales que rompen una dieta: chocolate, chips, vino, pizza y pastel).1
Otra encuesta realizada en Gran Bretaña fue un poco más alentadora y mucho más precisa. De un total de 1,000 mujeres que participaron en la encuesta, se determinó que todas abandonaron su dieta después de un promedio de cinco semanas, dos días… y 43 minutos.2 De manera similar a la otra encuesta, las participantes se dieron por vencidas después de dos semanas, y para la cuarta semana, casi la mitad había abandonado la dieta.
Cualquiera que sea el periodo de tiempo, ya sean cinco minutos o cinco semanas, el punto es: a muchas personas les resulta muy difícil apegarse a sus planes. ¿Por qué es tan difícil? Y, más importante, ¿qué podemos hacer al respecto?
5 razones por las que no sigues tu dieta
No encaja con tu estilo de vida
Lo he dicho antes, pero vale la pena repetirlo: cuando dices que “vas hacer dieta”, implica que, en algún momento, vas a “abandonar la dieta”. Esto por lo general ocurre cuando las personas tratan de adoptar un plan que no encaja con su estilo de vida. A lo mejor requiere mucha preparación y no te gusta cocinar, o no tienes tiempo para hacerlo. Puede que el plan tenga demasiadas restricciones, entonces te aburres fácilmente, o no encuentras nada que puedes comer cuando sales con amigos o familia.
Solución: En vez de intentar la “dieta” de moda, enfócate en hacer cambios a largo plazo para tu estilo de vida. Si no tienes tiempo o no te gusta cocinar, busca recetas que sean fáciles, y aprende a interpretar los menús de restaurantes, de esta forma siempre encontrarás algo que funcionará para ti.
Tus expectativas no son realistas
Una vez que has tomado la decisión de “hacer dieta”, las expectativas de perder peso son demasiado grandes, en especial si te das cuenta de que tienes que hacer sacrificios grandes. Si esperas perder más peso de lo que puedes lograr de forma segura durante un período de tiempo, estás en peligro de fracasar. Y si esperas seguir tu dieta nueva al pie de la letra, probablemente abandonarás toda la dieta tan pronto comas o bebas algo que no debes.
Solución: Primero, reconoce lo que es seguro y lo que es un paso razonable; una o dos libras (hasta cerca de un kilogramo) por semana. También reconoce que mientras estés trabajando para establecer nuevos hábitos, será normal tropezarse de vez en cuando. Trata de aprender de tus errores y date tiempo para establecer hábitos nuevos.
No cambias tu entorno
Tu entorno juega un papel importante en tu alimentación y en lo que comes. Piensa en lo que tienes en el refrigerador, el congelador, la alacena, los bocadillos que tienes en tu escritorio, los restaurantes de hamburguesas que ves todos días de camino al trabajo. Existen tentaciones a tu alrededor todo el tiempo, y si no tomas control de tu entorno, es fácil darse por vencido.
Solución: Elimina los alimentos llenos de calorías y remplázalos con alimentos saludables. En vez de mantener una jarra llena de caramelos sobre tu escritorio o una bolsa de galletas en la cocina, puedes remplazarla con frutas frescas o barritas de proteína. Corta verduras frescas y colócalas en un lugar que sea fácil de ver en el refrigerador, y será lo primero que verás cuando abres el refrigerador. Llena tu congelador y alacena con alimentos saludables, de esta forma siempre podrás cocinar algo saludable. Si no puedes pasar por tu restaurante favorito sin detenerte, busca una ruta alterna.
No comes alimentos ni bocadillos de forma regular
Muchas veces, las personas piensan que la forma más rápida para perder peso es comer lo menos posible. Entonces se saltan comidas y bocadillos, lo que los deja con hambre, cansados y de mal humor. Además, les da antojos de dulces y de cafeína para poder completar el día. El saltarte comidas y bocadillos por lo general no te ayuda a perder peso, porque probablemente terminarás comiendo más durante tu próxima comida.
Solución: Trabaja en establecer un patrón de alimentación regular que te ayude a evitar comer de más. Por lo general, las personas sienten la necesidad de comer cada tres o cuatro horas durante el día, lo que significa que la mayoría de las personas necesitan, por lo mínimo, tres comidas y un bocadillo por la tarde. Cuando sabes que vas a comer cada par de horas, es más fácil controlar las porciones en cada comida y bocadillo. Puedes aprender a comer lo suficiente para que te mantengas satisfecha hasta tu próxima comida. Y asegúrate de que cada comida y bocadillo proporcione algo de proteína y grasa para mantener tu hambre bajo control.
Comes por otros motivos además que el hambre
Aquellos que comen según sus emociones recurren a las comidas cuando se sienten deprimidos, molestos o estresados. Si empiezan una dieta y se privan de los alimentos que dan consuelo, puedes imaginar lo que ocurre… se deprimen más, se enojan más y se estresan más. Si eres una de las personas que come cuando no tiene hambre, puede que quieras buscar otras maneras para poderte sentir mejor.
Solución: Cuando te sientes sentimental y tienes la necesidad de comer, detente un momento y piensa en lo que realmente sientes. En vez de “tapar” tus sentimientos negativos con comidas, déjalos fluir. Puede que te ayude escribir lo que sientes, o puedes llamar a un amigo y conversar. También puedes esperar cinco o 10 minutos antes de darte por vencida, existe la posibilidad de que te ocupes haciendo algo y te olvides de comer. También, hacer ejercicio es una de las mejores formas de mejorar tu estado de ánimo. En vez de ahogarte en dulces y en tus penas, ponte zapatos y sal a caminar, o acuéstate en el piso y haz ejercicios de estiramiento.
1Engage Mutual Assurance. Cost of Dieting – 23 de julio de 2010
2Daily Mail Online. Five Weeks of Willpower – 11 de febrero de 2013
2Daily Mail Online. Five Weeks of Willpower – 11 de febrero de 2013
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